viernes, 5 de septiembre de 2008

ECOBELINDA, La bruja Ecológica


Esta bruja vivía desde tiempos difíciles de recordar en un cerro muy alto, lo bastante como para que no llegasen extraños, además, no era agradable, la oscuridad le envolvía en tonos cenicientos, así como quedan los cerros después de un incendio. Los vestidos de ella eran del mismo color. ¿Te has preguntado por qué las brujas usan negro? He averiguado que es por su trabajo, así, si se salpican con los mil ungüentos que usan, se nota menos y tratan de re-utilizar los objetos y no botarlos o desecharlos a la primera vez de usados. Esta brujita que sentía pena por la basura, más que nada era por que se daba cuenta que el planeta estaba atosigado de desechos y GEA, la señora Tierra, tosía y tosía y ya no le quedaba por donde respirar y una de las cosas que le hacía más mal eran las bolsas plásticas porque la invadían y no se deshacían nunca, eran eternas y la tapaban cada vez más.

Ecobelinda, la bruja de este cuento, vivía acompañada por dos gatos, uno de ellos era de color negro muuy flaco, el otro era blanco muuuy gordo con bigotes largos largos. Los gatos obedecían al nombre de Ministros de Fe, (o sea testigos de las obras de su ama). El negro se llamaba ministro de Fe Primero y el blanco Ministro de Fe Segundo, entonces todo lo que la bruja Ecobelinda hacía para sanar al planeta Tierra, los gatos iban mirando atentamente y luego anotaban en un computador color calypso que la Eco se había ganado en un bingo de la ciudad.

Eco Belinda, tenía la misión de visitar los basurales, uno de ellos se llamaba Kosmitto. Allí se demoraba día tras día en analizar si los desechos aumentaban forma colosal o descomunal. Si era descomunal y amenazaba el pobre y escaso equilibrio que le iba quedando al planeta, nuestra señora Gea, como le llaman los científicos, inmediatamente se ponía a pensar en elaborar campañas de reciclaje. Entonces llegaban los artesanos, los mueblistas, los artistas, los zapateros a buscar elementos que pudieran convertirse en objetos renovados que sirvieran a la comunidad, en especial a los predilectos de Eco Belinda, los niños sin padres.

La idea principal consistía para la bruja en crear un reglamento de verdad, es decir, que fuera cumplido por todos los habitantes, como ser:
1) que los habitantes limpien el espacio que ocupan dentro y fuera de su vivienda,
2) hacerse cargo de la basura que salga de sus manos, tratando de disminuirla, ya sean enterrando los restos de alimentos (orgánica)
3) reciclando la que es más difícil que desaparezca (tarros, vidrios plásticos, cartón, papel) transformándola en objetos novedosos que se puedan usar.

Muchas ideas circulaban en la cabeza de Eco, a la que no le costaba crearlas, pero sí ejecutarlas. Porque existía un enemigo muy poderoso llamado Komilón y su hijo Chín (de borrachín y cochinín).

Komilón y Chín ocupaban su tiempo inspirando, soplando al oído de la gente, sobre todo en la más débil para que fumaran, bebieran y no se movieran de su pereza que les impedía actuar, salir, hacer ejercicios. Mientras más vicios tuvieran, hartos vicios, todos los vicios del mundo, mayor eran sus carcajadas de felicidad. Ellos eran flojísimos , no se tomaban la molestia por nada, para eso tenían a la señora Karalimpia, quien en realidad lo único que sabía era dejar muy sucia la ciudad por que tapaba por completo con sus señales, letreros y maniobras publicitarias. Si las personas no salían a la calle, este personaje tendía sus tentáculos invisibles hacia las casas por medio de la caja enchufada, el televisor, a toda hora, todos los días incluido el domingo mandaba sus mensajes que la gran mayoría de los ciudadanos encontraba atractivos: fumar es un placer de vaqueros como tú, beber te pone alegre y más joven, la comida chatarra es exquisita para el cuerpo, etc. Karalimpia era la mentirosa número uno. Todos los ciudadanos estaban atentos a sus hermosos ropajes, a sus lindos y atentos mandatos, lo peor es que le obedecían sin darse cuenta siquiera.

Por esto la bruja tenía graves problemas para luchar contra Karalimpia. Uno de esos días se confrontaron y Ecobelinda logró echar basura en un supermercado con la ayuda de los gatos que entre sus cualidades podían volar, Karalimpia quedó con su peor traje, el verdadero, una karasucia.

Otro día el conflicto fue que la bruja la denunció con los tarros de conserva vencidos, eran mucho más de los imaginables, pero Komilón y Karalimpia parecían ganar siempre. La gente les creía a ellos, eran los actuales, los que aparecían en la publicidad, con rostros cada vez más bonitos y todos les entregaban su poder de decisión. Las personas iban perdiendo su capacidad de escoger.

Así las fórmulas de Karalimpia a través de la publicidad iban poniendo cada vez más dependientes hasta a aquellas personas que se definían como libres y voluntariosas. El monstruo de mil cabezas aparecía y reaparecía invadiéndolo todo.
Eco Belinda a veces se sentía muy desanimada, casi derrotada ante tanta astucia y no le quedaba más remedio que recurrir al reciclaje y a soplar buenos deseos en la población cada vez más esclavizada. Entre sus campañas les soplaba: sean bondadosos con los árboles, no malgasten el papel, cuiden el agua, reciclen, reciclen reutilicen, reutilicen.

Los poetas también ayudaban bastante, decían que Gea era la Madre Natura, la bella, la generosa, la tierra dadivosa. Los monjes hacían su parte y la trataban con gran respeto, le decían hermano al sol, hermana a la luna, al agua le daban gracias, a los pájaros. Nuestros antepasados los mapuches cooperaban con el ejemplo, sabían cuidarla muchísimo mejor que nosotros. Le cantaban y danzaban para que llegaran las lluvias, cuidaban los árboles y no construían más que pequeñas viviendas naturales, llamadas rucas.

La bruja iba de compras al mercado “Las Brujas” que era de unas primas que se dedicaban al comercio desde hacía bastantes años, estas brujas andaban llenas de joyas y pedrerías, no les preocupaba otra cosa que conocer todos los pubs del país, porque ellas siempre eran jovencitas. A Eco Belinda le dolía todo el cuerpo de sólo pensar en las toneladas de bolsas plásticas que irían a parar a Kosmitto, las que no se degradarían ni destruirían por quinientos años. Lo mismo sucedía cuando pensaba en el destino de los pañales de guagua que había lanzado al mercado el monstruo Komilón, el que parecía indestructible, hasta ahora.

Así todos los fines de semana aumentaban las fiestas y entonces era peor para el día lunes, pobre lunes, no quería despertar, se demoraba en abrir los ojos de tan tapado de basura que quedaba.

La bruja Eco, como ya estaba muy cansada y anciana se le olvidaban algunas cosas, no se había acordado que en casos urgentes podía recurrir a Gea, la Madre, que tenía más poderes que ella. Además era atenta, generosa, pura, energética, siempre dispuesta a cooperar. Así era la Tierra, callada y solitaria en apariencia porque canta trinos a través de los pájaros y el murmullo del viento y su respiración la encontramos escuchando con mucho cuidado al silencio.

El monstruo Komilón es como una pulga ante Gea, aunque él sea respaldado por los bancos y las sociedades alimenticias y de todo tipo. Gea podía mandar un huracán formado por vientos en torbellino sostenido e inaudito que avanzaba y avanzaba devorando con su impulso eléctrico todo lo que estaba a su paso. Otras veces Gea podía hinchar los ríos que eran sus arterias de agua y provocaba inundaciones. Si se ponía a bailar cumbia o merecumbé, baile tropical y alegre, para los habitantes resultaba desastroso el temblor. Ahora si se enfadaba, lo que se llama poner de muy mal humor, se dejaba sentir el terremoto. Nadie sabía estas cosas, sólo los grandes sabios y la bruja de este cuento.

Y así vemos esta lucha sin cuartel, la bruja tratando de hacer conciencia sin poder ganar la batalla y el monstruo Komilón y sus ayudantes haciendo creer que la vida es linda mientras más vicios tengamos y más basura echemos al planeta Tierra. Ahora, este relato no tendría buen final si no nos preguntáramos de parte de quien voy a ponerme, pero antes de contestar piensa un poco, o mejor piensa harto, ¿tenemos derecho a destruir a Gea?, ¿si ella nos entrega todo y estaba mucho antes de que nosotros llegáramos?.









San Pedro de la Paz, 15 de Enero 2005.

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