Duendedonde

-Oye Lucita -dijo Chamín, el espejo lo encuentro como raro, cada vez que me miro en él, me hace guiñar un ojo.

- Sí - dice Lucita, a mí me tira de una trenza, pero no quería decirlo, porque ibas a pensar que estoy loca.

-Y por qué no jugamos ah?

-Ya, miralo tú primero.

Chamín se acercó y vio en el espejo a alguien muy familiar, más bien era un doble de él mismo pero, disfrazado de príncipe.

-Oh! ¡qué bien me veo, es como en el cuento que me leyó mi papá!

-A ver -dijo Lucita y vio vestida una hermosa niña igual a ella vestida como una holandesa con toca blanca y zuecos celestes.

-Chamín, el espejo nos está invitando a jugar….pero tenemos que andar juntos, yo no voy a irme sola en este cuento.

-Bueno vamos, pero yo creo que es más entretenido irse al cuento mío.

-Siempre tú quieres hacer tu deseo, protestó Lucita.

Miraron intensamente el espejo los dos juntos y se vieron vestidos iguales, ahora de caballeros de la corte con pelucas blancas.

Posaron los pies en unas baldosas inmensas de un castillo muy lindo y se encontraron rodeados de juguetes de madera de vistosos colores, magníficos y de gran tamaño. No pasaron más de cinco minutos para que apareciera un atento mayordomo de polainas blancas y peluca haciéndoles una venia de bienvenida y brindándoles honores.

-El rey les espera para que celebren con él su cumpleaños.

Lucita y Chamín se miraron divertidamente se tomaron de la mano y se dejaron conducir a través de largos y elegantes pasillos. El rey esperaba impaciente, como todos esos reyes que tienen poco quehacer y sólo piensan en su entretención.

-Al fin vinieron mis queridos niños, estoy tan aburrido como Uds. y les he mandado mensajes por medio de la imaginación hace de esto varios días, pero Uds. demoraron en seguir sus dictados.

-Su majestad, tenemos muchas ganas de jugar, pero con la televisión y el computador nos mantienen requete ocupados, así que los compañeros de juegos y los juegos mismos están desapareciendo.

-Precisamente, es por eso que les he escogido, porque aún juegan e inventan juegos de verdad y no electrónicos.

Cuando yo era niño jugábamos al Mandandirum dirun dan, (indica con los dedos), a la Tiña, al Paco Libre, al Caracol, al Pan Quemado y a las rondas, sin olvidar las bolitas, el trompo y los volantines. Hagamos todo eso ahora mismo -dijo el rey juguetón. Estoy harto de leyes y decretos que no divierten a nadie, aparte que no veo que me obedezcan mucho, por último dejaré todo en mano de mis Ministros, ellos saben las tareas del reino. Mi médico me recomendó mucha felicidad para poder sobrevivir, así es que tengo que estar muy feliz, así voy a contagiar a todos los que me rodean y éste por fin será un reino perfecto. La alegría de la vida está en jugar y jugar. Yo como rey de esta comarca decreto hoy día: Ser Niños, niños de verdad y todos los habitantes van a aprender los juegos que yo conocí en mi infancia para rescatarlos de la extinción, ¡los juegos están en peligro niños!

Chamín y Lucita se pusieron a ensayar aquellos juegos que les había enseñado su abuelita Teruca, una abuela muy en onda que sabía subir a los árboles y jugar a las bolitas. Primero jugaron a: “El papá y la mamá” y el hijo era nada menos que el Rey, así es que lo tomaban en brazos como podían y también le tiraban las orejas si no se portaba obediente, le quitaban el postre si tenía por casualidad flojera para hacer las tareas, también le prohibían la hora de ver su programa de tevé favorito, si el niño, digo el Rey, tenía intención de quedarse acostado y faltar a clases, o sea tenía unos papás bien castigadores y estrictos por lo que el juego terminó de aburrir al Rey así es que les tiró el postre o lo que hacía las veces de postre por la cabeza y luego arrancó a perderse y esa parte si que fue divertida porque terminaron todos mojados encima de un charco de agua que estaba fuera del castillo.

Luego cambiaron de juegos, jugaron Al almacén, pero los niños no conocían los almacenes, solamente el supermercado, entonces no sabían como actuar, entonces el Rey les dijo, yo voy a hacer el personaje del almacenero, ustedes entran y yo les pregunto, que desean, que van a llevar, me llegó yerba mate y azúcar morena, pero usted me pagó lo que me debía o no? si no me ha pagado no puede llevar nada, no le voy a poder fiar más, así es que lo siento mucho, pero será hasta que me pague la cuenta que figura aquí en esta libreta.

-Entonces, sacó la voz la señora (Lucita) que acompañaba al vecino (Chamín) y le dijo:

-Lo que pasa casero es que mi marido ha estado sin trabajo, pero vamos a vender una propiedad que tenemos en el sur y le vamos a cancelar todo, no se preocupe, dijo Lucita.

-Ah! bueno, si es así, dijo el almacenero, lleve todo lo que quiera vecina.

-Porqué le mentiste al almacenero, sabes que no es verdad, dijo Chamín

-Y que quieres que nos vayamos con las manos vacías, (no resultaría el juego Chamín, le dice en voz bajita), Además no podemos seguir sin darle leche a la guagua y a los gatitos nuevos, además mi abuelita necesita su quáker. Oye y porqué no aprovechamos de pedir barras de chocolates de las gigantes y bolsas de confites, así no tenemos que hacer comida, sólo comemos dulces.

- Síiiiiiiii, Lucita, has tenido una idea genial, sería la oportunidad de comer a nuestro gusto por primera vez en la vida y sin que nos estén diciendo, te va a caer mal a la guatita, se te van a cariar los dientes, no tienes que comer tanto de eso que no vas a crecer, mm, estaría bueno.

-MM, por esta vez te lo voy a aceptar, pero tú sabes que no es la venta de la propiedad la que nos dará el dinero necesario, sino la herencia que nos dejará tu papá, dijo Chamín.

-La herencia no se toca, eso ya lo tengo destinado para mis viajes en ciento veinte días que voy a realizar a través del mundo, dijo enfática y muy orgullosa Lucita.

-Ya, bueno ¡oh!, viajemos entonces, dijo el señor sin trabajo y deudor del almacenero. Pero, primero me voy a comprar la bicicleta mountain baick y los discos de raps que mi papá no me quiere comprar.

-Chamín, soy yo la que decide las compras, igual que mi mamá.

-Lucita, eso es lo que tú crees, es mi papá quien decide, le hace creer no más a mi papá que es ella. Oye, y el Rey… .….

Allí está…. durmiendo, parece que este juego le dio sueño, tanto ordenar y acarrear cajas y discutir con clientes que no pagan. En ese momento, el rey despertó, se acordó del juego y les dijo.

Señores clientes, les voy a comunicar que no les voy a vender nada más, porque con ustedes me voy a ir a la quiebra, con razón ya no quedan almacenes en este país, por causa de gente que no paga como ustedes, por favor busquen otro lado donde ir a buscar sus provisiones, aquí no hay más fiado, porque es pariente de lo dado, (recargó esta última palabra).

Ud. dijo Lucita, es una muy mala persona, que solamente piensa en sus ganancias y no se da cuenta que mi marido no es por que no quiera pagarle.

Si dijo Chamín, usted es un tipo sin corazón, yo voy a pagarle muy luego, no sea duro con nosotros.

El almacenero tomó un palo y los empezó a corretear.

¡UYY! parece que este juego no era así Lucita.

No sé dijo ella, pero arranquemos que viene a pegarnos en serio con el palo, ¡corre!

Y corrieron hasta que ya no podían dar un paso más. El Rey con el palo había quedado muy lejos y mucho más cansado que ellos.

Juguemos mejor “Al pan quemado” cómo se jugaba a esto, ¿te acuerdas?, sólo recuerdo que se dice que se queme que se quemeque se queme bieeen quemado.

Luego se pusieron a bailar, bailaron muchas rondas, como:

Arroz con leche: ARROZ CON LECHE ME QUIERO CASAR CON UNA SEÑORITA DE PORTUGAL, QUE SEPA TEJER, QUE SEPA BORDAR, QUE SEPA HACER LA CENA PARA EL CAPITAN, CON ESTA SI, CON ESTA NO, CON ESTA SEÑORITA ME CASO YO. (Al decir YO, tienen que agacharse, dijo Lucita, que le daba las instrucciones a Chamín y al rey).

La niña María: LA NIÑA MARIA ESTABA EN EL BAILE, BAILA QUE BAILA QUE BAILA Y SI NO LO BAILA CASTIGO LE DARAN, UN DOS TRES, QUE LA QUIERO VER BAILAR. (se indica a alguien de la ronda y éste sale a bailar al centro y nombra a otro participante).

Mambrú se fue a la guerra: MAMBRU SE FUE A LA GUERRA NO SE CUANDO VENDRA, SI VENDRA PARA PASCUA O PARA NAVIDAD.

Quien les enseñó estas canciones, preguntó el rey, los niños contestaron, que su abuelita Teruca y siguieron haciendo rondas hasta caer en el piso agotados.

- Chamín, tenemos que volver -dijo Lucita.

- Todavía no.

Según lo que sé, el tiempo acá es diferente, seguramente han transcurrido sólo un cuarto de hora y no todo el día como tú crees.

- Sí, Chamín, pero no quiero preocupar a mamá y sabes que me está dando hambre.

- Acércate a la mesa y come.

- Vamos los dos ¿YA?

- Tan tímida, no pareces mi hermana.

- Los voy a nombrar Ministros de Juegos -dijo su majestad.

- Chamín Filiberto Antoine, tú serás el Ministro Conservador de Juegos de Infancia.

- Lucita Cashmira Antoine, te nombro Ministra Titular de Rondas y Golosinas Infantiles.

Los dos niños se miraron y no hallaron que contestar, sobre todo Lucita que estaba muy débil y casi desmayada.

- Bueno, dijo Chamín (si es por un rato).

- Lo mismo digo yo -dijo Lucita. (y ahora qué hacemos Chamín. Sabes que somos muy jóvenes para tomar responsabilidades).

- Entonces vámonos Chamín, ¡Pronto!

Volvieron sobre sus pasos y pensaron intensamente en el Espejo de su pieza, que al salir de su sueño recobró la imagen y los devolvió a su dormitorio.

- ¡Uf! qué cansada estoy -dijo Lucita

- Yo también dijo Chamín y no nos hemos movido de aquí.

- ¡Niños! porqué no bajan a tomar onces, están muy entretenidos ¿ah? -les llama la mamá que en ese momento va llegando al dormitorio.

- Niños –dice mamá-hace más de una hora que esperamos que bajen ¡qué pasa? Están sordos o qué.

- Vamos enseguida mamá, lo que pasa es que estaba ayudando a Lucita a cortarse las uñas de los pies.

- No te creo, si yo se las corté hace poco.

- ¡Mamá le crecieron ya! y las tiene duras como el abuelo.

- Qué raro, ¡ya apuren, apuren!, que la comida se enfría

- ¡Oh comida, por fin, que rico, -dijo Lucita.

FIN

San Pedro de la Paz, Septiembre 2003/abril 8, 2005/julio14,2005, Invierno, 6 Junio 2006.